Después de un buen masaje nada mejor que una buena follada
Cada vez que Verónica Avluv tiene el más mínimo estrés o se siente un tanto agotada por el día a día, acude a su centro de masaje habitual para que le den un buen masaje en la espalda y luego le regalen un orgasmo de propina. Siempre escoge al mismo masajista porque ya tiene suficiente confianza con él como para pedirle que la masajee en zonas específicas de su cuerpo y además, porque sabe que entre las piernas tienen un buen miembro como para satisfacer a mujeres tan exigentes como ella.